Un sermón de Padre Juan Sandoval
Pascua 4 – Año C
Este domingo es llamado el Domingo de Los Pastores. También es día de Las Madres. Damos gracias por todas Madres. Que Dios siempre las bendice.
Ahora hemos dicho quizás el salmo más famoso. Este salmo es una oración maravillosa y también es salmo que escuchamos en muchas funerales o celebraciones de vida. Pero en verdad hay tanto en este salmo que nos falta comprender.
El propósito de este salmo es ayudarnos a entender más claramente la imagines utilizadas para trasmitir comodidad y tranquilidad para el alma. El alma de los que son miembros de la grey de Dios por medio de la fe en nuestro Dios y nuestro Salvador, Jesucristo. También nos enseña sobre el pastoreo. Tiene sentido ya que este salmo se atribuye a David. David, que era pastor en su juventud. Tal vez en las muchas horas David tuvo, a solas con su vara, sus perros y sus ovejas. Tal vez esto era la manera en la preparación de David para el futuro de ser de Dios, un pastor del pueblo de Dios.
El salmo nos habla que un buen pastor provee para las necesidades de sus ovejas. David nos dice que El Señor es su pastor y que no tiene otro deseo. Así Yahvé es pastor, proveedor, protector y su Rey. No le falta nada. Si hay cosas de lujo, pero el Pastor provee todas las necesidades.
Cuando el salmo nos hable de ¨Yacer en verde pastos, ¨ David nos está diciendo acerca de tomar tiempo para descansar. Es importante que nos tomamos el tiempo para estar tranquilos, para lo que podemos levantarnos frescos y renovados. ¨Dios aviva mi alma. ¨
Dios siempre es nuestro Pastor. Dios no nos promete una vida sin sufrimiento y las pruebas y tribulaciones. El salmo nos dice, ¨tu vara y el cayado, me infunden aliento. ¨ Estos son instrumentos del pastor para proporcionar orientación, protección y asistencia. Recuerdo cuando estaba en Egipto y veía los pastores que estaban en medio del desierto con sus rebaños de ovejas. Me sentí como si estuviera en los tiempos bíblicos, pero también vi los maravillosamente y con la calma que los pastores guiaban sus ovejas a un lugar y a otro. Los pastores siempre mantenían un ojo vigilante sobre todas las ovejas. Yo pienso que Dios, nuestro Pastor también siempre mantiene un ojo sobre nosotros.
Deseo regresar unas semanas cuando el ultimo jueves de su vida, Jesús les dios a sus discípulos el pan y el vino. Un acto de amor y bondad que nos llena de Jesús con su cuerpo y su sangre. Ahora tomamos de su cuerpo y sangre consagrado lo más que podamos. Es algo que podamos hacer con la Santa Eucaristía diaria.
Luego el próximo día es cuando Pedro rechazo a Jesús tres veces. Él le había dicho a Jesús que él nunca lo rechazará. A pesar de esto, Pedro lo hizo, no una vez, pero tres veces.
Después de su resurrección, Jesús apareció a sus discípulos dos veces. Luego escuchamos el domingo antes que Jesús los espera en la orilla del lago. Los discípulos no sabían que hacer después de su muerte y por eso comenzaron a hacer lo que conocían, a pescar. Hay esta Jesús con un fuego y había hecho el desayuno de pan y pescado frito. Pero los discípulos no habían pescado nada por la noche y Jesús les dice que tiren su red al otro lado de su barca. Luego la red se llenó con pescados, 153 pescados. Luego todos tomaron del desayuno. Otra vez, Jesús presenta a los discípulos comida como en la última cena. Dándoles esa comida que es su cuerpo y su sangre.
Terminado el desayuno, Jesús le preguntó a Simón Pedro: —Simón, hijo de Juan, ¿me amas más que éstos? Pedro le contestó: —Sí, Señor, tú sabes que te quiero. Jesús le dijo: —Cuida de mis corderos. Volvió a preguntarle: —Simón, hijo de Juan, ¿me amas? Pedro le contestó: —Sí, Señor, tú sabes que te quiero. Jesús le dijo: —Cuida de mis ovejas. Por tercera vez le preguntó: —Simón, hijo de Juan, ¿me quieres? Pedro, triste porque le había preguntado por tercera vez si lo quería, le contestó: —Señor, tú lo sabes todo: tú sabes que te quiero. Jesús le dijo: —Cuida de mis ovejas. Jesús sabe cómo Pedro lo rechazó tres veces antes. Con esto le absuelva de su acto para que comience a hacer la voluntad que Jesús les había enseñado.
Al fin, la lectura de los Hechos, vemos que Pedro llega a Jopa donde encuentra una niña que parece que está muerta. La gente está llorando por la niña y llevan a Pedro donde está su cuerpo. Pedro entra e hizo salir a todos. Se pone de rodillas y ora sobre su cuerpo. Ahora dice estas palabras, ´—¡Tabita, levántate! Pedro la tomó por su mano y se levantó. Esto era la voluntad de Dios que Jesús enseño a los discípulos.
Es importante porque todos los fieles de Dios y su hijo Jesús son discípulos también. Por su bautismo, todos debemos orar por los enfermos, por los muertos y los hambrientos. Todos debemos celebrar la Santa Eucaristía lo más que podemos en memorial de Nuestro Señor Jesucristo.
Hoy Jesús sigue caminando en medio de este templo, entre nosotros, y su voz sigue resonando con la ternura de un Pastor que llama por su nombre a quienes somos suyos. No basta con saber quién es; hay que escucharlo, reconocer su voz y seguirlo con confianza. El Señor nos invita a dejar la duda, a salir del miedo, a ser sus ovejas y a seguirlo con fe. Porque el Buen Pastor no abandona, no olvida, no se rinde, nos protege y nos ama. Hoy el Pastor nos llama por nuestros nombres. Si hemos estado lejos, si el ruido del mundo ha apagado su voz en nuestro corazón, es momento de volver a escucharla y hacer su voluntad. No tengan duda y no tengan miedo.
AMEN.