The Cathedral of St. Philip - Atlanta, GA

Cristo Rey

Un sermón de Padre Juan Sandoval
Propio 29 – Año A

 

Esta mañana escuchamos y hemos dicho salmo 95.  Es un salmo que se oye bastante.  Si ustedes oran la matutina o la vespertina, oraciones diarias, se puede escoger un salmo que se llama el Venite o salmo 95 (1 a7).  También es una llamada al culto.  Nos invita entrar con gozo, con un ser agradecido, y también con música del culto.  Esto no es algo nuevo, los Israelitas usaban este salmo como parte de su culto en su templo.   

Para nosotros en estos días, es tiempo de preparar.  Día de los Santos, Día de Acción de Gracias y luego adviento comienza el próximo domingo.  Es tiempo para conseguir regalos, poner el árbol de Navidad, pensar en cuales comidas preparar para la cena de Navidad.  Hay tanto.  Pero ahora, Fiesta de Cristo Rey debemos pensar en Cristo crucificado y el Cristo resucitado.  Cristo, el alfa y omega, el Señor que todos cristianos oran.  Antes de ponernos ansiosos con esta temporada, déjanos orar, amar, dar alabanzas a Nuestro Señor, Nuestro Salvador y Nuestro Redentor. Es nuestros tiempos de dar alabanzas al Señor, dar alabanzas con mucha alma sin la esperanza que algo bueno nos llega. 

El salmo comienza con alabanzas a Dios por ser un gran rey sobre todos los dioses.  ´Vengan, cantemos alegremente al Señor, aclamemos con júbilo a la Roca que nos salva. Lleguemos ante su presencia con alabanza, vitoreándole con cánticos. ´ Con esto se arrodillaban en frente de su Dios creador.  En todos los versículos del salmo nos llaman al culto y cada versículo sigue con razón para dar alabanzas a nuestro Dios. 

El Venite nos pone nuestra atención en Dios, Creador, Rey, Pastor y Salvador.  Por ser Creador, Dios es responsable por hacer el mar y formar la tierra seca.  Pero no termina aquí su relación porque Dios siempre tiene su creación en su propia mano.  Es decir, de lo más bajo del mundo hasta el pico de la montaña más alta. 

En versículo 3, nos habla de entrar a las puertas con acción de gracias y dar gracias y bendiciones al Santo Nombre de Dios.  ´Porque el Señor es Dios grande, y Rey grande sobre todos los dioses. ´ ¿Como lo haremos hoy?  Lo mejor de que puedo pensar es dar alabanzas a Dios, llegar al templo con corazón lleno de amor por Dios y por sus prójimos. Siempre hay tanto en este mundo que nos distrae como el gobierno, tecnología, economía, nuestro hogar, nuestro auto y también nuestra familia.  Necesitamos tener confianza en Dios y estar listos para adorarlo a pesar de lo que sucede en este mundo. 

Los versículos 3 a 5 nos da una razón buena para regocijarnos porque Dios hizo todo el mundo. Las tierras, las montañas, el mar y todo que vive por lo que Dios nos ha dado. 

Los últimos versículos (6 a 7) nos instruyen en como adorar nuestro Dios.  Vengan, adoremos y postrémonos, arrodillémonos delante del Señor nuestro Hacedor, Porque él es nuestro Dios. 

¡Ojalá escuchen hoy su voz! 

Ser buenos cristianos no es ser buenos con una idea abstracta de como es Jesús, sino ser buenos con Jesús mismo, el de carne y hueso, el sufriente y crucificado. Pero ¡cómo nos cuesta ver a Cristo en el sufriente! Seguro si tuviéramos esa capacidad no dudamos en atender al menesteroso porque estaríamos socorriendo al mismo Jesús. Si viéramos a Dios en los demás no nos estaríamos matando entre hermanos, entre pueblos. Pero, como no lo hacemos, el herido, el forastero, el hambriento, el migrante, el refugiado, el menesteroso… pasan a ser “simples otros”, extraños que no merecen nuestra atención. 

Debemos recordar lo dicho por el mismo Jesús: “Les aseguro que todo lo que hicieron por uno de estos hermanos míos más humildes, por mí mismo lo hicieron”; en consecuencia, ignorar a los más necesitados, a quienes hoy nos necesitan, es ignorar a Cristo mismo que sufre los dramas de nuestros pueblos. Vivir a la manera de Cristo es poner nuestros dones al servicio de los demás, hacer lo posible por lograr un mundo mejor y, así, estar preparados para la venida y el juicio del Señor. ¿Estamos preparados? ¿Si el Señor se nos presenta hoy nos pondría con las ovejas o las cabras, a la derecha o a la izquierda? 

Vengan, adoremos y postrémonos, arrodillémonos delante del Señor nuestro Hacedor, Porque él es nuestro Dios. 

¡Ojalá escuchen hoy su voz! 

AMEN.