Un sermón de Padre Juan Sandoval
Pascua 6 – Año C
Hay vienen unas amistades a su casa. Si ustedes son como mi esposa, tienen que preparar toda la casa, pues todo tiene que estar limpio y todo arreglado para los visitantes. Por ejemplo, el cuarto de dormir necesita tener sabanas lavadas y limpias, almohadas cubiertas, y en verdad tiene que limpiar las mesas, el piso y todo para dar bienvenidos y que sepan que son especiales.
También, el baño tiene que estar limpio con nuevo jabón, champo y toallas limpias. Por no solamente esto, pero también comprar comidas favoritas para ellos.
Si, ella siempre limpia, pero para nuestra familia o nuestras amistades, limpia más para que sepan que son queridos. Dios también desea que todos sepan que son sus queridos.
Jesús llega y toca en la puerta, 20 Mira, yo estoy llamando a la puerta; si alguien oye mi voz y abre la puerta, entraré en su casa y cenaremos juntos. ¿Si Jesús toca en su puerta, está lista su casa? Hoy Jesús nos habla que él y su Padre vendrán a vivir con ellos que aman a Jesús y el Padre y también sus palabras.
Uno de los Evangelios favoritos para mi es Juan 14 (1 a 6). En este Evangelio, Jesús nos dice que ´en el hogar de mi Padre hay muchas viviendas, si no fuera así, ya se lo habría dicho a ustedes. Voy a prepararles un lugar. Y si yo voy y se lo preparó, vendré para llevármelos conmigo. Así ustedes estarán donde yo esté. ´ En este Evangelio, la vida eterna comienza aquí y ahora. Es estar en relación con Dios a través de Jesucristo. A pesar de que Jesús prepara los hogares eternos con su Padre, él y el Padre todavía están viviendo con los discípulos en el presente. A través del Espíritu Santo, el abogado o paracletos nos dice que caminan a nuestro lado. Jesús nos dice que el Padre enviará el Espíritu Santo para que siempre estará al lado de los discípulos en este mundo.
En el Evangelio de hoy, Jesús les dice adiós a sus discípulos. Ellos todavía no comprenden todo. En verdad el Evangelio de hoy comienza con una respuesta a Judas (no Iscariote). Quizá la pregunta era ´Señor, que es lo que revelará a nosotros, ¿pero no al mundo? ´ Esto nos recuerda que el discurso de despedida está destinada únicamente a sus discípulos. Es una conversación pri-vi-le-giada.
Escuchamos estas palabras de Jesús, El que me ama, hace caso de mi palabra, y mi Padre lo amará, y mi Padre y yo vendremos a vivir con él. Jesús nos dice que esto es su responsabilidad, sino que también les proporciona los recursos necesarios para cumplir las obras y responsabilidades.
PAZ
Entonces Jesús les dice ´les doy mi paz, no se angustien, ni tengan miedo´. La palabra que Jesús dijo era aphiemi y es interpretada como te dejo mi paz. Esta paz es el don de la paz que acompañará al Espíritu Santo. La paz como la que Jesús sopla en sus discípulos cuando los envía a hacer sus obras.
A pesar de todo lo que Jesús les dijo, ellos están asustados y tienen miedo. Ellos no pueden creer que Jesús está dejándolos. Siempre en la vida terrenal, nosotros también tenemos miedo cuando a cambio de líder o un nuevo elegido. ¿Como es en verdad, cual cambios hará? Nosotros debemos contemplar las palabras de Jesús. Para nosotros son palabras que nos guían a través de nuestra vida terrenal a la vida eterna. Dios nos deja el Espíritu Santo por siempre, también para ser guía.
Nunca seremos invitados, sino deseados en la casa de Dios. Dios nos llama a permanecer en él.
Debemos hacer tiempo y espacio ahora para recibir a Jesús en su relación con el Padre y el Espíritu en nuestras vidas. Acoger a Jesús para que permanezca en nosotros como nosotros permanecemos en él es "la forma principal y preferida en que Juan describe el discipulado" y es la prioridad "principal y preferida" de nuestras vidas.
Debemos dar la bienvenida a otras personas para que moren en nuestras vidas y hogares en las habitaciones de huéspedes, los espacios que Jesús nos inspira y nos empodera para brindar.
Dios es un misterio, Dios es amor, Dios es gracia, Dios es misericordia, Dios siempre está cambiando. Dios es la palabra donde quiera que Dios vaya. Dios está con nosotros siempre. Quizás Dios nos ha dado este tiempo para renovar nuestra relación y fortalecer nuestras vidas espirituales.
Nuestras vidas pueden contener decepciones y la gente puede decepcionarnos, pero podemos comprometernos a no dejar a Dios solo en una casa vacía que Dios ha preparado para nosotros.
“El que me ama, hace caso de mi palabra, y mi Padre lo amará, y mi Padre y yo vendremos a vivir con él,”. ¡Bienvenidos!
AMEN, ALELUYA!