Un sermón de Padre Juan Sandoval
Propio 12, Año B
Me arrodillo en frente de mi Señor, mi Dios, mi Querido Dios. Dios que cuida cada persona, cada familia en este mundo y en los cielos. Es tiempo para quedarnos en nuestras rodillas para orar a Dios, a través de las riquezas de su gloria, que Dios nos de fuerza y poder por el Espíritu Santo. Oremos que Dios more en nuestros corazones y alma cada momento de nuestra vida terrenal y que nosotros hacemos la voluntad de Dios con amor y compasión. Recuerden como Jesús tuvo tanta compasión en la gente enferma que llegaban cerca de Él y solamente, por su fe, necesitaban tocar su capa para ser sanados. Dios nos ha dado el poder de sanar por nuestras oraciones y lograr lo que desea que haremos.
Cuando llego a visitar a los enfermos o los que han tenido cirugía, pongo mis manos encima de su cabeza para ungir los en el nombre de Dios, Padre, Hijo y Espíritu Santo. También oró por su sanación. Pienso que es la voluntad de Dios en este mundo. A pesar de su raza, el color de su piel o su sexo, los que importa es amor, el amor que Dios nos enseñó cuando nos dio su Hijo Jesús como un ejemplo de su amor.
Otra vez hallamos a Jesús y sus discípulos cruzando el mar de Galilea para llegar al otro lado. La semana antes escuchamos de Jesús y sus discípulos cruzando un lago y la gente llegaba con los enfermos, los cojos, los ciegos y de muchos trastornos. Jesús tuvo compasión de ellos y los curaba o sanaba. Quizás llegaba para descansar, pero la voluntad de su Padre era lo más importante. Muchas veces los discípulos regresaban a su tienda y Jesús se quedaba curando y sanando hasta las horas de la noche.
Ahora escuchamos que casi era tiempo de Pascua en Jerusalén y Jesús y sus discípulos estaban en un cerro o montaña. Ellos vieron que había mucha gente. Jesús le preguntó a Felipe, donde podemos ir a comprar pan para que todos comen? Pero Jesús ya sabía que iba hacer. En verdad no tenían bastante dinero para comprar lo necesario. Andrés dijo a Jesús que tenían cinco panes y dos pescados.
Luego Jesús les dice que se sienten en el pasto. Parecía que había cinco mil personas y se sentaron. Jesús dio gracias a su Padre en los cielos y luego pasaron los panes y pescados. Cuando todos habían comido, Jesús dijo que recogen lo que sobra. Era doce canastas llenas. Lo que es muy interesante en este evangelio es que hay dos cosas que nos habla de la resurrección. Primero, el pasto verde es una señal de vida nueva, de la resurrección. Segundo, el pan de levadura también es conocido como una señal de la resurrección.
Al fin, Jesús de fue a una montaña para descansar. Dios siempre provee.
En este país, tenemos más comida que necesitamos. Pero lo que pasa que tiran o gastan mucha comida. Ojalá que un día podemos compartir la comida con todos que necesitan. Esto es una forma de mayordomía.
Mayordomía, no del mundo, pero mayordomía de Dios. ¿Qué es mayordomía cristiana? Es todo lo que hacemos con todo que tenemos todo el tiempo después que digamos que creemos. Dios nos ha dado todo lo que tenemos. No, en verdad es todo que nos ha prestado. Quizás piensan, ¿Que o Como? Pero si es la verdad. ¿Unos ejemplos son como cuando es nuestro tiempo dejar este mundo para acercarnos a Dios piensan que pueden llevar su casa o su automóvil o sus juguetes? No, porque no es suya, todo solamente es prestada. Dios nos da lo que necesitamos como los israelitas cuando cruzaron el desierto. Dios les dio agua que salió de roca, les dio mana que era bastante para el día.
Mayordomía es un ciclo como la vida. Como Jesús vino a servir, nosotros también estamos aquí para servir. Este pasaje a los corintios (3:23 -4:2) dice,
Ustedes son de Cristo, y Cristo es de Dios. Ustedes deben considerarnos simplemente como ayudantes de Cristo, encargados de enseñar los designios secretos de Dios. Ahora bien, el que recibe un encargo debe demostrar que es digno de confianza.
Ahora, cuando oran a Dios, pónganse de rodillas y den gracias por todo que Dios te ha dado o prestado en esta vida terrenal. Así conozcamos el Padre, a través de Jesús, ¡que es el Dios del nombre que todas familias sepan! Abren sus corazones para que el amor de Dios siempre more en ustedes.
AMEN.